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Para muchos terapeutas, resulta profundamente frustrante observar cómo, tras realizar una sesión de evaluación altamente productiva, donde se ha colocado a un niño con un desarrollo atípico en una postura sentada "óptima", esa postura ideal se ha desvanecido. Gradualmente, la pelvis comienza a inclinarse hacia atrás, el niño se desliza hacia adelante en el asiento, el tronco se redondea (generando cifosis torácica), la columna cervical se hiperextiende y la barbilla se proyecta hacia adelante. Finalmente, el cuidador o el padre del niño regresa a terapia solicitando ayuda para "arreglar" el sistema de asiento.
Al reevaluar, identificamos que, aunque las medidas y ángulos del asiento son técnicamente correctos, hemos sido incapaces de controlar la pelvis, el eje central de un correcto posicionamiento. Tal como destacamos en nuestro blog, El papel de la pelvis en un plan de gestión postural, la pelvis es la base fundamental para una postura adecuada. Cuando esta no se encuentra en una posición neutra, la alineación de la cabeza y el tronco también se ve comprometida. Por ello, mantener la pelvis en una posición neutra no solo es esencial, sino que debe ser el eje principal de cualquier plan de gestión postural eficaz.
¿Cuáles son algunas soluciones para mantener una pelvis neutra?
Asegúrate de que todas las medidas sean precisas
Si la profundidad del asiento es demasiado larga o corta, puede provocar que la pelvis se desplace hacia atrás. Si la anchura del asiento es demasiado estrecha, es posible que la pelvis comience a rotar para ajustarse al espacio disponible. Si la anchura del asiento es demasiado amplia, la pelvis puede tener demasiado espacio, lo que la lleva a inclinarse o desviarse en busca de un punto estable, lo que podría generar una oblicuidad.
Proporciona a la pelvis un soporte adecuado en todos los ángulos: posterior, lateral, anterior y distal
Es fundamental contar con una superficie de asiento nivelada y firme que permita que la pelvis se adapte cómodamente al asiento. También es esencial disponer de una superficie posterior firme para evitar que la pelvis se incline hacia atrás. Las guías de cadera pueden ayudar a mantener la pelvis en la línea media, evitando que se desplace hacia un lado y genere una oblicuidad. Un soporte pélvico anterior puede prevenir la rotación de esta.
Añade opciones de soporte postural
Utilizar un soporte de tronco o un soporte pélvico ayudará a mantener la pelvis en la posición deseada. Estos soportes deben ser lo suficientemente firmes como para evitar movimientos indeseados. Sin embargo, es importante tener en cuenta que se requieren pausas periódicas para aliviar la posición y realizar ajustes para garantizar comodidad y control.
Asegúrate de que todos los soportes se utilizan correctamente
Cuando un soporte no tiene la dirección de tracción adecuada o no está lo suficientemente ajustado, puede agravar la posición que se intenta corregir. Algunos errores comunes incluyen un soporte pélvico colocado demasiado alto, soportes demasiado flojos y cinturones colocados al revés o en un ángulo incorrecto.

Proporciona una buena base de apoyo para las extremidades inferiores y los pies
Cuando los pies están bien apoyados, es más fácil mantener una alineación adecuada de la pelvis. El uso de soportes secundarios, como sandalias, abrazaderas de tobillo o cinchas para los pies, puede ayudar a mantener la posición de las extremidades inferiores.
Acomoda la pelvis si no puede lograr la neutralidad
Es necesario reducir las asimetrías tanto como sea posible, pero los ángulos del sistema de asiento deben ajustarse a las contracturas no reducibles. Si no se adapta una asimetría no reducible, el niño buscará comodidad en otro ángulo del cuerpo y, de manera inevitable, compensará para alcanzarla.
Algunas recomendaciones de nuestros expertos en la materia:
- Asegúrate de que la posición de la pelvis sea lo primero y lo último que se verifica durante una evaluación.
- El momento de la transferencia al asiento (ya sea con grúa, deslizamiento o transferencia de pie) es la mejor oportunidad para optimizar el posicionamiento de la pelvis.
- Es importante educar al personal educativo y de cuidado no solo sobre cómo colocar los soportes, sino también sobre el propósito de estos. Esto traerá beneficios a largo plazo.
- Utiliza la basculación de asiento siempre que sea posible para ayudar a colocar la pelvis en una posición neutra y ajustarla al sistema de asiento.
Como en todos los planes posturales, es fundamental realizar una evaluación exhaustiva en camilla antes de recomendar una posición para el niño. Esto ayudará a determinar los objetivos del plan, posiciones alternativas, frecuencia del posicionamiento y los resultados esperados.